Entretenimiento

La noche ‘motomami’: con C de ‘chingona’ y M de la la Rosalía más ‘mexicana’

Aurora tiene 24 años y viajó desde Morelia, Michoacán, para estar en el concierto de Rosalía. En su pómulo derecho se escribió la palabra “Saoko” y no le importó esperar cinco horas en el Zócalo con tal de ver a la cantante que le inspira.

“Su música me transmite empoderamiento, de mujer chingona, de sentirme chingona”, dijo Aurora a unos metros del escenario, en una zona donde algunos fans incluso acamparon desde el día previo con tal de no perderse el espectáculo, y estar lo más cerca posible.

“Está bien que sea gratis, porque luego muchos no tenemos para pagar los conciertos, que están medio carillos”, comentó Saraí, habitante de Iztapalapa, quien trabaja recolectando en una bolsa negra los platos y vasos que ya usaron las y los asistentes al Zócalo, con la expectativa de terminar pronto para disfrutar la música.

El concierto de la Rosalía -al que finalmente asistieron 160 mil personas, según autoridades capitalinas- no solo se comentó en las noticias de entretenimiento, también fue tema de discusión política, por las acusaciones de dispendio y campaña anticipada, por un lado, y por el otro de clasismo.

Pero no fue una noche donde predominara la confrontación. Fue una noche motomami, de música y de diversidad. Una noche que se apropiaron las y los asistentes, y que dio un respiro.

Un concierto para todas, todos y todes

De atuendos drag queen como el de Zoé, a quien se le acercaron personas de todas la edades para tomarse foto y verla bailar Bizcochito.

“Yo me identifico como una chica trans, pero aparte hago drag. Eso me ha ayudado a encontrarme como soy y Rosalía es una de mis inspiraciones, para hacer mi drag y también una inspiración como persona”, dijo.

De historias como la de Nashielli, que viajó desde Veracruz porque desde El Mal Querer encontró letras que la motivaron. 

Una noche de ofnis como el de Joel, de 28 años, que le puso pedrería y coletas rosas a su casco y sí escuchó en vivo Hentai, su canción favorita.

“Mi ropa es una mezcla de la parte ruda, de la moto, y mami como algo más de niña, por eso el casco con brillos y las coletas”, relató frente a la pantalla donde aparecía el rostro de la Rosalía.

A un costado de los edificios donde desde lo más alto también había personas esperando el concierto, que finalmente comenzó a las 20:21 horas.

“Chica qué diiiices, buenas noches México”mencionó Rosalía con un atuendo negro y rojo, mientras un enjambre de celulares encendidos comenzó a grabarla y además miles cantaron con ella fuck el estilo, fuck el stylist y ya”.

Después de “La Fama” le aventaron un Dr. Simi, para su colección. Luego cantó “La noche de Anoche”, “Linda”, “Diablo” y “Despechá”.

El homenaje de Rosalía a México

“México, quiero que sepas que estoy muy agradecida”, mencionó antes de interpretar “La Llorona”, una canción tradicional mexicana. Al terminarla, las pantallas gigantes la mostraron emocionada, a punto de llorar.

“México me está entrando hambre de tanto bailar. A ver si me como unos taquitos, madre mía el aguachile”, mencionó en otro momento, luego de cantar “Hentai”, “Candy”, “La Combi Versace” y “Con Altura”, con las que la gente le gritó “Rosalía, hermana, ya eres mexicana”.

El instante del celular encendido fue cuando cantó “Héroe” -de Enrique Iglesias-, y cerró con “Malamente”, “Chicken Teriyaki” y “CUUUUuuuuuute”, a eso de las 21:40. Se escucharon gritos de “otra, otra”,  y que corearon su nombre. Pero ya no hubo una canción extra.

La gente comenzó a caminar hacia las calles aledañas. Entre ellas una niña que en la línea B del Metro ya con rumbo a Ciudad Azteca le decía a su papá que había visto a Rosalía “en persona”, aunque “chiquita”, a la distancia en el Zócalo.

Sonriente por haber presenciado la noche motomami. Cantando con Rosalía.

Fuente: Animal Politico

Back to top button