Senadores aprueban la prohibición de vapeadores, pero la reforma genera fuertes críticas políticas
La Cámara de Senadores aprobó la reforma que modifica los artículos 4 y 5 de la Constitución para prohibir la venta, producción y distribución de vapeadores y cigarrillos electrónicos. La reforma fue respaldada por 110 votos a favor, 5 en contra y 2 abstenciones en lo general, y 86 a favor, 39 en contra y ninguna abstención en lo particular.
Aunque el PAN y el PRI votaron a favor en lo general, anunciaron que se opondrán en lo particular debido a su desacuerdo con que se equipare el vapeo al consumo de fentanilo. “¿Poner al mismo nivel un vapeador, cuando hay más de 2 millones de personas en México que lo utilizan, con el fentanilo? (…) Otra aberración monumental,” expresó la bancada de Movimiento Ciudadano (MC), que votó en contra. Los emecistas cuestionaron que la medida atenta contra las libertades individuales y la salud pública, algo que ni la ultraderecha se ha atrevido a proponer.
Alejandra Barrales, senadora de MC, criticó la incoherencia del gobierno al promover esta reforma bajo el argumento de la protección de la salud, mientras “el presupuesto de 2025 prevé un recorte del 12% en materia de salud”. Además, acusó que la inclusión del fentanilo en la reforma responde a presiones políticas de Estados Unidos ante la crisis de opiáceos.
Por su parte, Susana Zataraín, senadora del PAN, calificó la reforma como un “capricho” del expresidente López Obrador, alegando que la decisión estaba motivada por el consumo personal de su hijo. “¿En serio así vamos a tomar las decisiones del país?”, cuestionó Zataraín.
En resumen, la reforma genera un debate intenso sobre el equilibrio entre la protección de la salud y las libertades individuales, con fuertes críticas sobre su alcance y motivaciones políticas.
