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Radiación de agujeros negros podría ser clave para la vida en planetas con oxígeno, según estudio

Un estudio reciente revela que la radiación emitida por los agujeros negros supermasivos activos (AGN, por sus siglas en inglés) podría tener efectos beneficiosos en la vida de planetas con oxígeno, ayudando a fortalecer la capa de ozono y proteger la atmósfera. Este descubrimiento, publicado en The Astrophysical Journal, señala que los efectos de dicha radiación dependen de la proximidad del planeta al agujero negro y de si la vida ya se ha establecido en el mismo.

El estudio, realizado por investigadores del Dartmouth College y la Universidad de Exeter, plantea que “una vez que la vida existe y ha oxigenado la atmósfera, la radiación se vuelve menos devastadora e incluso podría ser beneficiosa”, según Kendall Sippy, autor principal del estudio. Él también afirma que, “una vez superado ese puente, el planeta se vuelve más resistente a la radiación UV y está protegido de posibles extinciones”.

Simulaciones de los efectos de la radiación

Los investigadores simularon los efectos de la radiación de los AGN no solo en la Tierra, sino también en planetas con composiciones atmosféricas variables. Descubrieron que, si ya había oxígeno presente, la radiación provocaba reacciones químicas que favorecían la formación de ozono (O₃), una capa protectora en la atmósfera. Cuanto mayor era el nivel de oxígeno, más eficaz era este proceso. “La luz de alta energía reacciona fácilmente con el oxígeno, dividiendo la molécula en átomos individuales que se recombinan para formar ozono”, explican los investigadores. Este proceso de acumulación de ozono en la atmósfera superior desvía radiación peligrosa al espacio, un fenómeno similar al que permitió que la vida en la Tierra prosperara hace miles de millones de años.

El impacto en la Tierra

Aunque la Tierra no está lo suficientemente cerca de su agujero negro residente, Sagitario A, para sentir los efectos de la radiación de un AGN, los investigadores recrearon escenarios hipotéticos en los que la Tierra estuviera mucho más cerca de un AGN. Descubrieron que, en un planeta sin oxígeno, la radiación impediría el desarrollo de la vida. Sin embargo, a medida que los niveles de oxígeno aumentaran, la capa de ozono se expandiría, protegiendo al planeta de la radiación. “Con los niveles de oxígeno actuales, esto tardaría unos días, lo que, con suerte, significaría que la vida podría sobrevivir”, señala Jake Eager-Nash, coautor del estudio. La rapidez con la que se formaría el ozono sorprendió a los investigadores.

Galaxias más antiguas y su impacto

El estudio también analizó lo que ocurriría en planetas de galaxias más antiguas y con estrellas más cercanas a su AGN. En galaxias como NGC 1277, con una configuración más densa, la radiación del AGN sería letal. Por otro lado, en galaxias con estructuras más dispersas, como la Vía Láctea, los efectos de la radiación serían menos intensos y, por lo tanto, más fáciles de manejar para los planetas cercanos.

En resumen, la clave para la vida y la protección contra la radiación en estos planetas parece ser la presencia de oxígeno, ya que facilita la formación de ozono, esencial para regular las condiciones ambientales y proteger la vida en estos mundos.

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