Trump ordena desmantelar el Departamento de Educación y recorta fondos a universidades

El expresidente Donald Trump ordenó el desmantelamiento del Departamento de Educación de Estados Unidos, en un intento por imponer una agenda conservadora en el sistema educativo, desde el nivel básico hasta las universidades. Durante la firma del decreto en la Casa Blanca, Trump aseguró que su objetivo es devolver el control de la educación a las autoridades locales y a los padres de familia.
La orden ejecutiva instruye a la secretaria de Educación, Linda McMahon, a facilitar la clausura del departamento. Aunque la eliminación total de la dependencia requeriría la aprobación del Congreso, la administración de Trump ya ha despedido a la mitad del personal, cancelado contratos y suspendido varios programas. Entre sus funciones clave, el Departamento de Educación administra el financiamiento a estudiantes con discapacidad, programas de equidad racial y la asistencia financiera para universidades, dejando en incertidumbre la continuidad de estos apoyos. Actualmente, la deuda estudiantil en EE.UU. asciende a 1.5 billones de dólares y afecta a más de 40 millones de personas.
Desde su campaña, Trump prometió cerrar esta dependencia, argumentando que las escuelas han promovido “ideologías radicales antiestadounidenses” y que es necesario frenar la influencia de normas federales en el currículo. Su plan también incluye la promoción de programas de “opción escolar”, lo que permitiría canalizar fondos públicos a escuelas privadas, en lo que críticos consideran un intento de privatización de la educación.
Universidades en la mira: recortes y control federal
El impacto de esta medida se extiende a instituciones de educación superior, donde Trump ha iniciado una ofensiva contra universidades de prestigio como Harvard, Yale, Columbia y la Universidad de Pensilvania. A través de recortes en financiamiento federal, busca presionar a las instituciones para eliminar programas de inclusión racial y de género, endurecer medidas contra el antisemitismo y permitir mayor injerencia del gobierno en los planes de estudio.
Como parte de estas acciones, la administración Trump canceló 400 millones de dólares en financiamiento a la Universidad de Columbia, afectando investigaciones médicas y científicas. Además, impuso condiciones para recuperar parte de estos recursos, como entregar al gobierno federal el control de su departamento de estudios sobre Medio Oriente, Sur de Asia y África por cinco años.
La Casa Blanca también amenazó con retirar 175 millones de dólares a la Universidad de Pensilvania por su manejo de políticas en torno a atletas transgénero. Decenas de universidades enfrentan investigaciones federales sobre sus normas de diversidad e inclusión, lo que ha llevado a algunas instituciones a recortar programas y personal. La Universidad Johns Hopkins, por ejemplo, anunció la eliminación de 2,000 empleos debido a la pérdida de fondos federales.
El intento del gobierno de intervenir directamente en departamentos académicos de universidades privadas no tiene precedentes, según expertos citados por The New York Times. La comunidad educativa observa con atención el caso de Columbia, cuya administración tiene hasta hoy para responder al ultimátum de la Casa Blanca.