
Desde que Elon Musk asumió la dirección del Departamento de Eficiencia Gubernamental, las acciones de Tesla han sufrido una caída drástica, de casi el 40% desde enero. Este declive ha sido especialmente notable tras el impacto de su cercanía con la administración de Donald Trump, un factor que ha convertido a los autos de Tesla en un blanco de ataques por parte de quienes consideran que representan una postura política. “Tesla estaba en una posición ventajosa, ahora tiene competencia”, declaró Seth Goldstein, analista de Morningstar, a Associated Press.
Las acciones de Tesla experimentaron un auge de más del 90% después de las elecciones de 2020, cuando Trump asumió la presidencia, pero ahora han perdido todo ese impulso. A principios de 2025, la fortuna de Musk ha disminuido en 144 mil millones de dólares, bajando de más de 400 mil millones a finales del año pasado. Analistas de Wall Street, inicialmente optimistas sobre los beneficios de Musk al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), ahora recortan sus estimaciones de ventas y beneficios debido al creciente rechazo hacia su postura política y las controversias generadas, especialmente en Europa.
Este rechazo se refleja en las cifras de ventas. En Alemania, por ejemplo, las matriculaciones de Tesla cayeron un 76% en febrero respecto al mismo mes del año pasado, mientras que las matriculaciones de vehículos eléctricos en general aumentaron casi un 30%. Esta tendencia también se observa en otros mercados clave, como Francia, Australia y California. Los consumidores parecen distanciarse de la marca, e incluso algunos propietarios han añadido pegatinas a sus vehículos para distanciarse de las posturas políticas de Musk, con mensajes como: “Compré este coche antes de que Elon perdiera la cabeza”.
Además, Tesla enfrentó recientemente una llamada a revisión de aproximadamente 46,000 vehículos Cybertruck en los EE. UU., debido a un riesgo de accidentes por piezas de la carrocería que podrían desprenderse, según la NHTSA.
Tesla: ¿De símbolo ambientalista a polarización política?
Hasta hace poco, Tesla estaba fuertemente asociada con los movimientos ambientalistas, y sus clientes solían tener inclinaciones políticas de izquierda. “En los últimos dos años, Musk prácticamente ha roto lazos con esos grupos”, explicó Daniel A. Crane, profesor de la Universidad de Michigan. Actualmente, los defensores del medio ambiente ya no se sienten obligados a comprar un Tesla, mientras que los seguidores de Trump, en su mayoría escépticos respecto a los vehículos eléctricos, no parecen ser el público objetivo al que Musk esperaba atraer.
¿Un conflicto de intereses?
Mientras tanto, las otras empresas de Musk, como SpaceX, Neuralink y xAI, están obteniendo buenos resultados. Musk también mantiene contratos gubernamentales de entre 18 mil y 22 mil millones de dólares, lo que ha generado preocupaciones sobre posibles conflictos de interés, especialmente dado que sus empresas han sido objeto de más de 30 investigaciones por parte de agencias federales.
¿Es el fin de Musk al mando de Tesla?
El debate sobre el futuro de Musk al frente de Tesla sigue en pie. Brad Lander, interventor del fondo de pensiones de Tesla, sugirió que Musk debería dimitir como CEO, pero seguir en la junta directiva para restaurar la gobernanza corporativa. “El equilibrio será clave y eso es lo que Musk debe hacer para detener la sangría en las acciones de Tesla”, señaló Dan Ives, director global de investigación tecnológica en Wedbush Securities.
Una encuesta reciente de Morgan Stanley reveló que el 85% de los inversores considera que la incursión política de Musk ha tenido un impacto “negativo” en el negocio de Tesla. Aunque Musk ha admitido que manejar sus compromisos le resulta “con gran dificultad”, sigue firmemente apoyando a Trump, como lo demuestra su reciente donación de 100 millones de dólares a la campaña de reelección de Trump.