Caso Teuchitlán: Harfuch aclara que el rancho Izaguirre no era un campo de exterminio

El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, aseguró que no hay evidencia que confirme que el rancho Izaguirre en Teuchitlán haya sido un “campo de exterminio”, como se había afirmado en algunos medios. Según el funcionario, lo único que se ha confirmado hasta el momento es que el rancho servía como centro de adiestramiento del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
En sus declaraciones, Harfuch expresó:
“Sobre el rancho Izaguirre, también tenemos confirmado que era un centro de adiestramiento. Al momento, no tenemos ningún indicio, y sé que la Fiscalía continúa con la investigación, pero nosotros como Secretaría de Seguridad, no hay un indicio de que haya sido un campo de exterminio, sino un centro de adiestramiento.”
En cuanto a los posibles restos humanos en el rancho, Harfuch mencionó que será la Fiscalía General de la República (FGR) la encargada de determinar si se encuentran restos en el lugar, pero dejó claro que la Secretaría de Seguridad no tiene esta información confirmada.
El Lastra y el reclutamiento del CJNG
Durante una conferencia de prensa encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum, el secretario de Seguridad también reveló detalles sobre la detención de José Gregorio “N”, alias “El Lastra” o “Comandante Lastra”, quien fue identificado como el responsable del reclutamiento de personas para el CJNG.
“El Lastra” utilizaba redes sociales para ofrecer falsas ofertas laborales y, además, fue el autor intelectual de la privación ilegal de la libertad de dos estudiantes universitarios en julio de 2024.
Harfuch explicó que “El Lastra” supervisaba un centro de adiestramiento en el rancho Izaguirre y que su labor principal era reclutar a personas, quienes eran trasladadas a Teuchitlán. Allí, les retiraban sus celulares, los incomunicaban, y los sometían a un proceso de adoctrinamiento y entrenamiento, que incluía el manejo de armas y acondicionamiento físico.
El secretario detalló:
“Los reclutas, al llegar al lugar, dejaban sus pertenencias y eran uniformados con ropa y botas tácticas, también les retiraban sus celulares.”
Según las declaraciones de “El Lastra”, el entrenamiento tenía una duración de un mes y, en algunos casos, quienes se resistían o intentaban escapar del rancho eran golpeados y hasta privados de la vida. También se reportaron actos de tortura hacia los reclutados.
“De acuerdo con el testimonio del detenido, llegaron a privar de la vida a personas que se resistían a recibir el adiestramiento o, bien, intentaban escapar del lugar, así como golpearlos y someterlos a algún tipo de tortura,” finalizó Harfuch.