Tensión comercial entre EE.UU. y China es insostenible, reconoce el secretario del Tesoro

El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, calificó como “insostenible” la actual disputa arancelaria con China, en un encuentro privado con inversionistas durante la cumbre organizada por JPMorgan Chase en Washington, celebrada en el marco de las reuniones de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.
De acuerdo con personas presentes en la sesión, Bessent admitió que, aunque aún no inician negociaciones formales con China para resolver el conflicto, existe posibilidad de alcanzar un acuerdo que alivie la tensión comercial entre ambas potencias. El funcionario subrayó que, actualmente, ambos países aplican aranceles superiores al 125% a los productos del otro, lo que en la práctica representa un embargo comercial mutuo.
Mientras tanto, el presidente Donald Trump sostuvo una reunión con líderes del sector minorista en la Casa Blanca, en un intento por abordar el impacto de los aranceles sobre las cadenas de suministro y los precios al consumidor. En el encuentro participaron representantes de Walmart, Home Depot y Target, quienes calificaron la reunión como “productiva” y manifestaron su disposición a seguir dialogando con el gobierno.
“Tuvimos una reunión productiva con el presidente Trump y nuestros pares minoristas para discutir el camino a seguir en el comercio, y seguimos comprometidos con valor para ofrecer a los consumidores estadounidenses”, indicó Target en un comunicado. Portavoces de Walmart y Home Depot también expresaron su interés en continuar con el diálogo.
Esta reunión ocurre durante una pausa de 90 días en la aplicación de nuevos aranceles, periodo que empresas y líderes extranjeros están utilizando para renegociar condiciones comerciales. No obstante, la incertidumbre sobre el rumbo de las políticas arancelarias ha generado inquietud en los mercados y complicaciones para la planeación empresarial.
Empresas estadounidenses han advertido que la entrada en vigor de nuevos impuestos a las importaciones podría desacelerar el crecimiento económico. Aunque los aranceles han estado presentes en los últimos años, su magnitud, alcance y constante modificación bajo la administración de Trump han creado un entorno inusualmente volátil para los negocios.
El impacto se ha extendido a múltiples sectores, desde bebidas alcohólicas y ropa hasta electrónicos y muebles, afectando directamente el poder adquisitivo de los consumidores y la demanda interna.
Pese a las tensiones, Trump ha señalado que está dispuesto a negociar no sólo con gobiernos extranjeros, sino también con líderes del sector privado: “También hablaremos con las empresas. Hay que mostrar cierta flexibilidad. Nadie debería ser tan rígido”, declaró a la prensa el pasado 13 de abril.
La administración estadounidense enfrenta ahora la presión tanto interna como internacional para revisar su política comercial, mientras el sector empresarial espera mayor certidumbre para planear inventarios, precios y operaciones a largo plazo.