Multitudinaria despedida a Francisco obliga al Vaticano a extender velatorio toda la noche
El Vaticano mantuvo abiertas las puertas de la Basílica de San Pedro durante toda la noche ante la gran afluencia de fieles que acudieron a despedirse del papa Francisco, fallecido el lunes a los 88 años a causa de un derrame cerebral. En solo las primeras ocho horas y media del velatorio, más de 19 mil personas desfilaron frente al sencillo ataúd de madera del pontífice, colocado sobre una rampa y custodiado por cuatro miembros de la Guardia Suiza.
El cuerpo de Jorge Mario Bergoglio, quien encabezó un pontificado de 12 años marcado por su mensaje de inclusión y atención a los más pobres, yace en una capilla ardiente que permanecerá abierta hasta el viernes a las 19:00 horas. Después, el ataúd será cerrado y sellado, dando paso a la misa fúnebre del sábado, programada para las 10 de la mañana en la Plaza de San Pedro. Se espera la presencia de numerosos jefes de Estado, entre ellos Donald Trump y Volodymir Zelensky.
Durante la madrugada, la Basílica estuvo envuelta en un silencio solemne mientras los fieles, provenientes de diversas partes del mundo, avanzaban lentamente por el pasillo central para ofrecer su último adiós. Muchos capturaron el momento con sus celulares, en una escena que mezcló lo espiritual con lo contemporáneo.
La capilla ardiente fue precedida por una procesión en la que sacerdotes, obispos y cardenales trasladaron el cuerpo del pontífice desde una capilla privada del Vaticano. En paralelo, los cardenales comenzaron reuniones privadas para ultimar detalles del funeral y preparar el próximo cónclave, que probablemente iniciará después del 5 de mayo. De los 135 cardenales menores de 80 años con derecho a voto, 133 participarán en la elección del nuevo papa, tras la renuncia de dos por motivos de salud.
El funeral también marcará el inicio de los tradicionales nueve días de duelo. El entierro se llevará a cabo en la Basílica de Santa María la Mayor, cerca de la imagen mariana preferida de Francisco. Así culmina la vida de un pontífice que dejó una huella indeleble en la Iglesia católica, tanto por sus reformas como por las controversias que provocó entre los sectores más conservadores.
