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Dos microsismos se registran en las alcaldías Magdalena Contreras y Álvaro Obregón

Los movimientos telúricos son completamente normales, sin embargo, expertos explican por qué se ha incrementado la frecuencia de microsismos en la capital del país.

Dos microsismos se registraron la madrugada de este jueves en la Ciudad de México, específicamente en las alcaldías Álvaro Obregón y Magdalena Contreras.

Según información del Servicio Sismológico Nacional (SSN), el primer evento ocurrió a las 03:33 horas, con una magnitud de 2.0, y fue percibido al noreste de la Magdalena Contreras; mientras que el segundo movimiento, de magnitud 1.7, tuvo lugar a las 03:49 horas y se localizó al sur de la Álvaro Obregón.

La presencia de microsismos ha persistido en las últimas semanas en la capital del país. Apenas el martes pasado hubo un movimiento telúrico de magnitud 1.7, también en la Magdalena Contreras, a las 7:35 horas.

De acuerdo con expertos, los microsismos resultan más perceptibles porque su epicentro se ubica dentro o muy cerca de la Ciudad de México, a diferencia de los temblores que se originan en las costas de Guerrero o Oaxaca, por ejemplo.

Además, se perciben con mayor facilidad porque se originan a una profundidad de entre tres y cinco kilómetros, que es una distancia pequeña comparada con sismos de mayor magnitud.

Los movimientos telúricos son algo completamente normal y ocurren todo el tiempo debido al movimiento de las placas tectónicas de la tierra.

Dada la frecuencia con la que han ocurrido los microsismos en la Ciudad de México, surge la pregunta de qué los ocasiona y por qué se han presentado de forma cotidiana. Ante la falta de certeza, han surgido rumores que proponen que los microsismos son ocasionados por la actividad humana, específicamente por la extracción de agua o por edificaciones profundas.

De acuerdo con el sismólogo Víctor Manuel Cruz, del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el incremento de la sismicidad local que se ha visto en tiempos recientes se debe al paso de las ondas sísmicas de grandes movimientos (como los de 2017) que detonan pequeñas rupturas en las fallas geológicas existentes bajo la cuenca de México y que, eventualmente, producen pequeños sismos.

El sismólogo puntualizó que es difícil sustentar la creencia de que los microsismos pueden ser generados por la explotación de los mantos acuíferos de agua o por las edificaciones profundas, ya que estas actividades se limitan a los primeros cientos de metros de profundidad del suelo, donde se encuentran las arcillas saturadas en agua, mientras que los movimientos sísmicos de baja intensidad se originan, como ya se mencionó, a una distancia de entre tres y cinco metros.

Así, la profundidad donde ocurre la extracción de agua es muy corta y no hay posibilidad de que llegue a la unidad geológica conocida como la faja volcánica transversal, sobre la cual se aloja la cuenca de México.

Es importante recordar que, ante un evento sísmico, lo principal es intentar mantener la calma y procurar ubicarse en una zona de menor riesgo, así como alejarse de ventanas u objetos que puedan caerse.

También se pide atender las recomendaciones de las autoridades locales y, en la medida de lo posible, usar las líneas de comunicación sólo para emergencias, pues en caso de sismos, éstas pueden saturarse y no estar disponibles para casos de gravedad.

Crédito: SINEMBARGO

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