Un alto general ruso fue asesinado este martes por una bomba oculta en un patinete frente a su apartamento en Moscú, un día después de que la agencia de seguridad de Ucrania lo acusara formalmente. El teniente general Igor Kirillov, jefe de las fuerzas de defensa nuclear, biológica y química de Rusia, murió cuando se dirigía a su oficina. Su asistente también falleció en la explosión.
Kirillov, de 54 años, estaba sancionado por varios países, incluyendo Reino Unido y Canadá, debido a su papel en la guerra de Moscú en Ucrania. El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) abrió una investigación en su contra, acusándolo de ordenar el uso de armas químicas prohibidas. Un funcionario del SBU, que habló bajo anonimato, declaró que Kirillov era un “criminal de guerra y un objetivo completamente legítimo”. Además, el SBU informó sobre más de 4,800 incidentes de uso de armas químicas por parte de Rusia desde el inicio de la invasión en 2022, incluyendo el uso de cloropicrina contra tropas ucranianas.
Rusia ha negado el uso de armas químicas y ha acusado a Ucrania de emplear agentes tóxicos. Kirillov, en su cargo desde 2017, fue una de las figuras más prominentes en hacer esas acusaciones contra Ucrania, afirmaciones rechazadas por Kiev y sus aliados occidentales, quienes las consideran propaganda.
El atentado contra Kirillov fue realizado con una bomba activada a distancia. Imágenes del lugar mostraron daños considerables, incluyendo ventanas rotas y ladrillos chamuscados. Las autoridades rusas han calificado el incidente como un caso de terrorismo y prometido castigar a Ucrania. Dmitry Medvedev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, acusó a Kiev de intentar desviar la atención de sus fracasos militares y advirtió que los responsables enfrentaría “un castigo inevitable”.
Este ataque se suma a una serie de muertes selectivas en ambos bandos del conflicto. Entre ellas, destacan el asesinato de Darya Dugina en 2022, hija del ideólogo del Kremlin Alexander Dugin, y Vladlen Tatarsky, un bloguero militar muerto en 2023 por una bomba en San Petersburgo. Además, en diciembre de 2023, el exlegislador ucraniano prorruso Illia Kiva fue asesinado en Rusia, y en Donetsk, un artefacto mató al jefe de una prisión donde murieron prisioneros de guerra ucranianos en 2022.