Desnutrición infantil en la Sierra Tarahumara alcanza cifras alarmantes por la peor sequía en 40 años

La desnutrición infantil en la Sierra Tarahumara ha alcanzado niveles alarmantes, con un 60% de la población infantil indígena sufriendo de desnutrición crónica. La falta de alimentos, causada por una sequía histórica, ha agravado las condiciones de pobreza extrema en la región, lo que está contribuyendo a un aumento en las muertes de niños.
Según datos de la Mesa de Seguridad Alimentaria de la Sierra Tarahumara, el 60% de los niños indígenas presentan signos de desnutrición crónica, lo que impacta negativamente en su desarrollo físico, resultando en bajo peso y talla inferior a la esperada para su edad. Este fenómeno ha provocado que el 24% de las muertes infantiles en la región sean atribuidas a la desnutrición.
Ernesto Granados Muñoz, experto en nutrición que colabora con la organización civil Alianza Sierra Madre, subrayó que antes de la pandemia, CONEVAL reportó que 114,000 personas en la región sufrían de carencia alimentaria. La crisis se ha intensificado desde la pandemia, lo que ha llevado a un mayor empobrecimiento de las comunidades.
Jesús Provencio Nohemi, miembro del Colegio de Nutriólogos de Chihuahua, afirmó que más del 60% de la población indígena enfrenta anemia severa y desnutrición prolongada, lo que aumenta la vulnerabilidad a enfermedades como la tuberculosis. Las mujeres menores de 30 años y los niños de 6 a 12 años son los más afectados por esta situación.
Además, se informó que Chihuahua sufrió la mayor pérdida de hectáreas de cultivos en 2023, debido a la escasez de lluvias. La Comisión Nacional del Agua (Conagua) reportó que, durante el periodo de enero a septiembre de 2023, el estado experimentó su peor sequía en 40 años, afectando al 97% del territorio. En su monitoreo, Conagua destacó que el 58% del territorio se encontraba en “sequía moderada”, un 25% en “anormalmente seco” y un 14.8% en “sequía severa”.
La escasez de agua ha obligado a los habitantes de la región a recorrer más de cuatro horas a pie para acceder a agua no potable, lo que agrava aún más la crisis humanitaria en la Sierra Tarahumara.