Lady Gaga vuelve a su esencia pop con ‘Mayhem’, su álbum más ‘freak’ y enérgico

Lady Gaga ha regresado con fuerza a la escena musical con Mayhem, su séptimo álbum de estudio, donde recupera el sonido pop oscuro y extravagante que marcó sus inicios. Con colaboraciones como Die with a Smile, junto a Bruno Mars, y temas como Abracadabra, LoveDrug y The Beast, la artista promete conquistar las pistas de baile este verano.
En una rueda de prensa en Brooklyn, transmitida por Spotify, la cantante explicó que este álbum representa la fusión entre su verdadero yo y la figura artística que ha construido en los últimos 20 años. “He interpretado muchos personajes a través de la música, pero ahora he aprendido a no dejar que me dominen por completo. Regreso a este sonido porque me siento segura”, confesó. También pidió disculpas a sus fanáticos por haberse alejado de esta esencia en discos anteriores.
Vestida con un traje negro de botones, gafas oscuras y una peluca despeinada, Gaga destacó que el concepto de Mayhem gira en torno a la dualidad entre la suavidad y la intensidad, elementos que se reflejan en su música y en su presencia escénica. “Es el reflejo de mi propio caos”, explicó.
Un regreso con sorpresas y nostalgia
Uno de los momentos más comentados del evento fue la confirmación de una esperada secuela de Telephone, su icónica colaboración con Beyoncé lanzada hace 14 años. “Mi chisme sobre Telephone Part Two es que pasará, pero no voy a darles todo ahora. Llamen a Beyoncé”, bromeó.
Además, la cantante reveló su interés en escribir un musical y aspirar a un premio Tony, sumando otro reto a su exitosa carrera en la música y la actuación.
Éxito inmediato en plataformas
Mayhem cuenta con 14 temas y ya ha comenzado a generar impacto en las listas de éxitos. Su sencillo Abracadabra, estrenado en vivo en los Grammy junto a su videoclip, acumula cerca de 70 millones de reproducciones en YouTube. En el video, Gaga interpreta una versión angelical de sí misma mientras se enfrenta a su alter ego demoníaco en un macabro baile.
Este álbum no solo revive la energía de The Fame (2008), sino que también muestra una artista más madura, pero fiel a su estilo irreverente, freak y queer que la ha convertido en un ícono global.