
Honda desmintió este martes que esté considerando trasladar parte de su producción de México y Canadá a Estados Unidos, en respuesta a los nuevos aranceles impulsados por el gobierno estadounidense al sector automotriz.
La unidad mexicana de la firma japonesa aclaró en un comunicado que “Honda no ha tomado decisiones de producción que afecten las operaciones en México, ni están siendo consideradas en este momento”. Además, aseguró que continuará evaluando “el sistema y la asignación globales óptimos”.
La aclaración surge luego de que el diario Nikkei publicara que Honda planeaba aumentar su producción en Estados Unidos hasta en 30% en los próximos dos o tres años, como reacción a la posible imposición de un arancel de 25% a los autos importados.
Desde la Secretaría de Economía, Marcelo Ebrard confirmó en la red social X que ejecutivos de Honda en México le comunicaron que “no hay modificación alguna a sus planes de producción en México”.
Honda opera en los estados de Jalisco y Guanajuato, con una producción anual de más de 270 mil vehículos entre ambas plantas.
También desde Canadá, la unidad local de Honda descartó cambios inmediatos y subrayó que, aunque constantemente estudia opciones de contingencia y estrategias de cambio de producción a corto plazo, “no se está considerando ningún cambio en este momento”.
La ministra canadiense de Innovación, Anita Anand, respaldó esa información al afirmar que Honda “ha comunicado que no se ha tomado ninguna decisión de producción que afecte a las operaciones canadienses”.
No obstante, según información previa de Reuters, Honda planea fabricar la próxima generación de su modelo híbrido Civic en Indiana, Estados Unidos, en lugar de México, como medida preventiva ante los aranceles. También trasladará la producción del SUV CR-V desde Canadá y del HR-V desde México hacia territorio estadounidense.
Honda vendió el año pasado 1.4 millones de vehículos en Estados Unidos, incluyendo modelos de su línea Acura, lo que representó casi 40% de sus ventas globales. Aproximadamente dos quintas partes de esos autos fueron importados desde Canadá o México.
La automotriz registró un crecimiento de 5% en el mercado estadounidense durante el primer trimestre de este año, con ventas cercanas a las 352 mil unidades. Según Nikkei, para responder a la demanda y reforzar su capacidad de producción interna, la empresa considera contratar más personal y ampliar turnos de trabajo en sus plantas de Estados Unidos.