Policía de Berlín dice que no hay pistas sobre el paradero de la estudiante mexicana que desapareció hace nueve días
La policía de Berlín continúa con la búsqueda de la mexicana desaparecida en la capital alemana el pasado 22 de julio, pero no ha obtenido hasta ahora ninguna pista sobre el posible paradero de la joven María Fernanda Sánchez Castañeda, de 24 años.
“Todos los indicios recibidos hasta ahora como parte de la petición de colaboración ciudadana no contenían informaciones sobre el paradero actual de la desaparecida“, declaró este lunes a EFE la comisaria de policía, Isabelle Suschlik.
Han pasado ya nueve días desde que María Fernanda desapareció sin dejar rastro de la residencia de estudiantes en la que vivía en el distrito berlinés de Adlershof, en un caso que conmocionó a la comunidad latinoamericana de la capital alemana.
Desde el 27 de julio, los investigadores han estado buscando a la joven desaparecida en canales y estanques, con la ayuda de perros rastreadores y de buzos, explicó Suschlick a EFE.
“Además, en estos momentos se están examinando los dispositivos electrónicos de la desaparecida”, añadió.
El pasado viernes, el padre de la joven desaparecida, desplazado a Berlín, pidió con urgencia que la policía refuerce las acciones de búsqueda.
“Rogamos a la policía que destinen más agentes a buscarla”, declaró Javier Sánchez al diario local Berliner Zeitung.
En un comunicado difundido el mismo día a través de la Embajada de México en Berlín, la familia de María Fernanda agradeció la ayuda de los voluntarios y explicó que ciertos elementos del caso deben permanecer reservados para no “entorpecer” la investigación.
La última comunicación con la joven, que había viajado a la capital alemana para cursar estudios de máster, se produjo el sábado, 22 de julio, por la noche.
Cuando los responsables de la residencia de estudiantes, alertados por la familia que no lograba contactar con ella, acudieron a su habitación el lunes por la mañana encontraron el teléfono móvil de la víctima sobre la cama y la puerta al patio interior estaba abierta.
Según el comunicado policial en el que se pedía la colaboración ciudadana, la estudiante podría hallarse en una situación de “vulnerabilidad emocional”, aunque tanto su familia como sus amigos han destacado que en los días previos a su desaparición actuó de forma normal y alegre, y tenía numerosos planes de futuro.
La apariencia de la estudiante desaparecida es de entre 23 y 25 años, de entre 1.50 y 1.55 metros de estatura, de complexión delgada, pelo largo y oscuro, y tatuajes florales en ambos brazos.
Crédito: LATINUS